26.6.09

Arthur Miller: Marilyn, en su autobiografía...


(...) "En aquella estancia llena de actrices y esposas de próceres, todas deseosas de vestir y comportarse con la ostentosa discreción de una señora, Marilyn Monroe parecía ridículamente provocativa, un pájaro extraño en medio del gallinero, aunque sólo fuera porque el vestido se le ceñía de un modo descarado, afirmando más que sugiriendo que tenía un cuerpo debajo y que era el más apetitoso de la estancia. Y parecía más jóven e infantil cuando la había visto por vez primera. El resentimiento femenino que la rodeaba en casa de Feldman era casi tan sólido como un gas lacrimógeno. Una excepción fue la actriz Evelyn Keyes, ex mujer de Huston, que se la llevó al exterior y se sentó con ella en un banco y que, más tarde, mientras miraba cómo bailaba con no sé quién, me dijo en voz baja: 'La despellejarían viva'. En vano buscaba el ojo el menor defecto en la aquitectura de sus formas mientras bailaba con su pareja, ya que su perfección parecía inducir a buscar la lacra inevitable que la asemejara a los demás mortales. Era pues una perfección que suscitaba el deseo de protegerla, aunque al mismo tiempo imaginaba yo la dureza de que habría tenido que rodearse para haber sobrevivido allí tanto tiempo y con aquel éxito relativo. Aunque, según parecía, estaba sola en el mundo" (...)

(...) "Hay persona tan vivas que no parecen extinguirse cuando se mueren y durante muchas semanas tuve que hacerme a la idea y esforzarme por afrontar el hecho de que Marilyn había fallecido. Me dí cuenta de que incluso entonces esperaba haberla visto una vez más, cuando fuese, en cualquier parte, para hablar con sensatez de todo lo que habíamos pasado, y es probable que en tal caso me hubiese vuelto a enamorar de ella.
Como era de esperar, la prensa se unió para entonar a coro sus lamentaciones, la misma prensa que se había burlado de ella durante tanto tiempo y cuyos elogios y condescendencia para con su faceta de actriz, cuando no su desprecio, se había tomado Marilyn demasiado en serio. Para sobrevivir habría tenido que ser más cínica o que haber estado más lejos de la realidad.
Marilyn, por el contrario, fue una poetisa callejera que había querido recitar sus versos a una multitud ávida de arrancarle la ropa" (...)

(Extracto de "Vueltas al tiempo". Autobiografía. Editorial Tusquets)

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